Tal como recoge el diario Haaretz, y en una nueva demostración de carencias democráticas, el Parlamento israelí aprobó ayer un proyecto de Ley que impone una multa de 30.000 shekels -6.000 euros- a todo aquel que "inicie, fomente o promueva el boicot contra individuos, empresas u organizaciones de Israel y Cisjordania." De ahora en adelante, este tipo de actos serán considerados como delitos.
Por un lado, esto supone una mala noticia, ya que miles de ciudadanos van a ver restringida su libertad de actuación, al igual que ya sucede en Estados Unidos. Pero por otro lado, hay que verlo con optimismo. Las leyes se hacen para regular conductas que existen. Si no hubiera ciudadanos israelís dispuestos a hacer boicot a su país, no habría necesidad de ninguna ley. Por tanto, esta iniciativa parlamentaria implica que el Estado de Israel quiere defenderse de sus ciudadanos díscolos. Es un primer síntoma del miedo. Saben que todo se acaba, que la hipoteca moral del Holocausto comienza ya a expirar y que el boicot puede hacerles mucho daño.
De nuevo, veamos algunos ejemplos de boicot que están dando sus frutos:
- El pasado día 9 de julio, estaba programado en Zaragoza un concierto de la cantante israelí Noa, quien reiteradas veces ha hecho apología del terrorismo de Estado, y quien durante la invasión y bombardeo de Gaza del pasado invierno, publicó en su página mensajes de apoyo al ejército. Ante el intenso boicot de la sociedad civil aragonesa, su concierto fue cancelado.
- El Ayuntamiento vallisoletano de Villanueva del Duero, ha retirado de sus dependencias el agua embotellada "Edén", empresa israelí que se beneficia del agua que roba a los palestinos ilegalmente.
- El gran gigante de los supermercados, LIDL, se ha visto obligado a retirar de sus establecimientos irlandeses las patatas israelís, ya que no les lograba dar salida, tras el asalto a la Flotilla de la Libertad. Esto implica que las propias empresas, que se guían por sus intereses económicos, se dan cuenta de que la marca Israel no vende bien, y que les sale mas rentable vender productos de otros países más pacíficos.
- Desde Noruega nos vienen dos grandes noticias: en primer lugar, el Ayuntamiento de Oslo ha aprobado el boicot a los productos israelís. Y además, según una encuesta publicada en Noruega, el 40% de los noruegos ¡declaran llevar a cabo un boicot a Israel!
- En el plano cultural, observamos con alegría que Meg Ryan y Dustin Hoffman se han negado a acudir al Festival de Cine de Jerusalen, como protesta por las políticas asesinas de Israel. El Príncipe Alberto de Mónaco tampoco irá, por idénticas razones.
Querido lector, aprovecho para recordarle, por si desea comprar café israelí, que todos estos productos tienen un código de barras que comienza por 729. Que lo disfrute. Feliz café.
Buenas noticias,aunque escasas. Bravo por los Ayuntamientos concienciados,por los irlandeses y por los noruegos(un 40%!!!);pero sobre todo bravo por los israelíes sensatos que ven más allá de dos días avante,y que saben que el camino elegido por sus gobiernos lleva a medio plazo a la destrucción de un país que sigue el camino del suicidio.
ResponderEliminarPD: No olvido el "729".