Mea Sharim, Jerusualén, octubre de 2009. Una mujer ha osado desafiar las normas que los judíos ultraortodoxos imponen en el barrio, caminando por la acerca reservada a los hombres. Indignado, un judío ultraortodoxo de la secta fundamentalista Eda Haredit, no duda en lanzarle gas lacrimógeno.
No estamos ante un suceso aislado. Desde hace tres años existen en Mea Sharim calles para hombres y otras para mujeres. El fundamento de esta medida es que los ultraortodoxos judíos no pueden siquiera rozar a mujeres que no son sus esposas.
Es más, en los autobuses de la línea 40, con parada en Mea Sharim, las mujeres tienen que entrar por la puerta trasera, para no mezclarse con los hombres. No pueden sentarse en los asientos de la parte delantera, aunque están vacíos y no quede sitio atrás. Ante la pregunta al rabino del barrio del periodista Javier Espinosa, éste dijo «¿Por qué me pregunta si es lógico que se separe a mujeres y hombres? ¡Es una ley divina! Cada día doy gracias a Dios tres veces por haber conseguido que existan estos autobuses».
Estos judíos ultraortodoxos no permiten que haya Internet ni televisión, y las tarjetas de crédito no funcionan en shabat. Por todo el barrio pululan los "comandos anti-vicio", en busca de vestimentas o conductas dignas de reprobación. En shabath, cualquiera que intente circular en coche o motocicleta por Mea Sharim será indudablemente apedreado. Su argumento es un pasaje de la Biblia, donde se dice que "en sábado no encenderás fuego". (Éxodo 35:3) De ahí deducen que no cabe usar ninguna máquina ese día. Los ultraortodoxos, no contentos con seguir al dedillo este precepto, imponen por la fuerza al resto de la población esta misma conducta.
Podría pensarse que el fundamentalismo religioso se limita a pequeños reductos de control ultraortodoxo. Nada más lejos de la realidad. Los judíos ultraortodoxos representan en torno a un 20% de la población del país. Los autobuses no funcionan en shabat en todo Israel, y la compañía aérea nacional, El Al, tampoco opera ese día (y si no, pruebe a entrar en la web de El Al y tratar de comprar un vuelo para el sábado). El resto de la semana, sólo sirve en sus vuelos comida Kosher (elaborada según mandan las normas religiosas judías)
Querido lector, espero que con el post de hoy pueda hacerse una idea de quiénes son los que tan decisivamente influyen en los designios de Israel. Con la intolerancia como bandera, estos fundamentalistas, que nada tienen que envidiar a los talibanes más ortodoxos, son los mismos que elaboran la campaña de justificación moral de la masacre y ocupación palestina. Sí, coincido con usted, es muy preocupante. Pero no para usted. Los problemas están muy lejos, y en España todo el mundo puede circular con su pareja por la misma acera. Y ya que nadie se lo prohíbe tampoco, disfrute de su café, sábados inclusive.