Desde que Palestina cambió su táctica de lucha armada por la resistencia pacífica, la situación en Oriente Próximo ha dado un vuelco. Cada vez más, la ciudadanía mundial se da cuenta de quién es el ocupante y el agresor, y quién el ocupado y agredido. La política de expansión por asentamientos de Israel, unido a los actos de piratería que supusieron la muerte de 9 pacifistas de la "Flotilla de la Libertad" han contribuido a reforzar esta imagen. Por eso, las empresas han comenzado ha darse cuenta de que comerciar con Israel puede salirles caro, y han empezado a romper relaciones con el estado ocupante.
Quizás el caso más sonado es el del fondo soberano de inversión noruego, cuyo valor total es de 440.000 millones de dólares, provenientes principalmente del petróleo nórdico, y dependiente del Estado. El Ministro de Economía noruego acaba de anunciar que el fondo soberano ha retirado de su cartera las acciones de las compañías israelís Danya y Africa-Israel Investment, por ser empresas de construcción decisivas en el desarrollo de los asentamientos ilegales. El Consejo de Administración del fondo argumenta que: "se corría el riesgo de contribuir a violaciones graves de los derechos individuales en situaciones de guerra y conflicto". Esto supone un gran triunfo para el Movimiento Internacional de Boicot, Desinversiones y Sanciones.
El pasado marzo, el fondo de pensiones más grande de Suecia decidió boicotear a Elbit Constructions, por participar en la construcción del muro de la vergüenza, vendiendo todas las acciones de esta empresa. El fondo de pensiones noruego acaba de hacer lo mismo. En mayo, el gigante alemán Deutsche Bank anunció que había vendido todas las acciones de Elbit.
También la empresa israelí Soda Club se ha visto afectada por el boicot. La ciudad de Paris le ha prohibido participar en la gran feria de promoción de agua embotellada, tras salir a la luz que producía sus bienes en asentamientos ilegales.
La empresa francesa Veolia se ha visto obligada a cesar en su participación en la construcción del tranvía que une Jerusalen con algunos asentamientos, ante las pérdidas económicas que podría haber tenido si hubiera seguido adelante.
En Escocia, un grupo de tenderos se ha organizado para tratar de boicotear los bienes israelís. Van tienda por tienda, tratando de convencer a los vendedores para que dejen de comerciar con bienes israelís. Más de 30 tiendas de Glasgow ya han retirado de sus establecimientos los bienes israelís.
Y para colmo, un grupo de 57 conocidos actores de teatro y guionistas israelís ha declarado que no volverá a actuar en los asentamientos, con ocasión de la apertura del nuevo teatro de Ariel. Estos valientes se arriesgan a penas de cárcel, ya que en Israel está prohibido el boicot.
"Desde que los palestinos declararon el boicot a los bienes de los asentamientos, ha habido una caída de un 40% en la producción", señala Avi Ben Zvi, propietario de Platsco, empresa fabricante de cristal en el asentamiento ilegal de Ariel. "las exportaciones a Europa han cesado enteramente y los comerciantes de los territorios palestinos han roto relaciones con nosotros. el daño es inmenso", Ben Zvi declara al diario israelí YNet.
Según el alcalde del asentamiento ilegal de Ariel, Ron Nachman, "el golpe ha sido tremendo. Necesitamos iniciar una amplia campaña gubernamental a gran escala amenazando a los países que se unan al boicot, no permitiéndoles sentarse en las negociaciones de paz".
Pero no todo el mundo piensa lo mismo. Shraga Brosh, el presidente de la Asociación de Manufactureros de Israel, declara: "de vez en cuando, ciertas organizaciones, principalmente escandinavas, boicotean algunos bienes israelís. Pero al final, son ocurrencias aisladas que no afectan al comercio de Israel". --¿Vamos a permitir que se quede en una "ocurrencia"? 729. Feliz café.
uuuuu, qué miedo dais progres de salón! Am Israel Jai!!
ResponderEliminarBuenas noticias.Buenas noticias.
ResponderEliminarLamentablemente España carece de educación democrática comparable a las viejas democracias del Norte que enseñe a sus ciudadanos el derecho de dudar y de criticar,así como de exigir sus derechos a la clase política.No en vano a la ultraderecha,actualmente en la oposición pero con posibilidades de hacerse con el poder en las próximas elecciones,le huele a cuerno quemado cualquier intento por tímido que sea de"educar a la ciudadanía".Ellos,"el fascio",prefieren una educación religioso-pederasta de súbditos.
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