miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿Quién ha reconocido a Palestina como Estado?


Hé aquí un mapa con los países que han reconocido a Palestina como Estado (en verde oscuro), los que no lo han reconocido pero al menos mantienen allí una delegación diplomática en el país (en verde claro) y quienes ni reconocen ni actúan en el país (en gris). Como puede observarse, la mayoría de Estados ha reconocido a Palestina, pero ninguno de ellos es una gran potencia. Este es una muestra más de cómo eso que llamamos "comunidad internacional" es en realidad el puñado de gobiernos de Europa y Estados Unidos, no la opinión mayoritaria de todos los estados del mundo.

Querido lector, no vaya a molestarse usted en exigirle al Gobierno de su país que reconzca a Palestina, ya que le podría causar molestias innecesarias. Mejor siga reconociendo sólo a un Estado como Israel, que bombardea y ocupa ilegalmente, pero donde el café lo sirven al estilo occidental, sin posos, y con mucho azúcar.

domingo, 20 de septiembre de 2009

"El mar"

Surqui es un niño de 7 años, que vive con su hermana Aisha y sus padres en la localidad palestina de Al-Aqaba -región de Tubas-, al noreste del país. A juzgar por la casa medio rota y llena de humedades, se trata de una familia humilde.

Surqui siempre ha querido ser capitán de barco. Quizás sea porque le gustan los uniformes de los soldados que ve, pero no la violencia. O puede que sea el amor a la libertad que da la amplitud del mar. ¿Quién mejor para amar la libertad, que una familia que lleva viviendo sin ella 42 años?

Surqui conoce "el mar" a la perfección. Jamás se ahoga, y no tiene problemas para meter la cabeza debajo del agua y abrir los ojos para explorar el fondo. Intenta que su hermana también se bañe con él, pero Aisha siempre termina llorando y deseando salir. De momento, Surqui sólo puede tener barcos de plástico, debido a que "el mar" es poco profundo, y los barcos grandes se encallarían.

Al recibirnos, el padre de Surqui nos enseña el título de propiedad de su casa, que tantas veces le han rechazado las autoridades israelís. Y es que en 1967, Israel decidió establecer en Al-Aqaba una zona de entrenamiento militar, por lo que sus habitantes viven literalmente encerrados en el pueblo. Se trata del único pueblo palestino en el que todas las casas tienen una orden de demolición por parte de Israel. No les vale ningún título ni registro. Israel se ha propuesto crear una zona militarizada en pleno corazón de Palestina. Una vez más, la legalidad es irrelevante para quien se sabe en posesión de la fuerza.

Unas 300 personas, entre ellas la familia de Surqui, aún resisten al asedio diario de Israel. El aspecto físico de Surqui, como el de la mayoría de personas que encontré en Al-Aqaba, es de gran contraste. Por un lado, sus ropas deshilachadas y sucias revelan las penurias materiales que están atravesando, cercados por el ejército y olvidados por su gobierno y por el mundo. Sin embargo, al explorar en sus ojos, encontré en todos ellos la mirada digna y limpia de quien se sabe víctima de una injusticia, y aún asi sigue haciendo lo correcto, usando la resistencia pacífica como único arma.

PD. "El mar" es el nombre que da su padre a la bañera de su casa, donde Surqui chapotea cuando hay agua corriente en el pueblo. La realidad, es que Surqui vive a pocos kilómetros del mar, pero nunca ha podido estar allí. En los días claros, quizás pueda encaramarse a alguna colina cercana y adivinar, a lo lejos, el surco que alberga las aguas del Mar Muerto. Pero los controles militares le impiden acercarse más, sentir esa curiosa mezcla de agua y sal en su piel, y sobre todo navegar.

Querido lector, la realidad no es agradable. Menos mal que la fantasía es un efectivo disfraz contra la tragedia, que hace más liviano el peso de su conciencia. Espero que esté disfrutando de un fin de semana apacible en un enclave cualquiera de las costas españolas, y que los sudokus que haga en su tumbona le permitan olvidarse de la mirada sincera de Surqui. Especialmente hoy, eche mucho azúcar en su café para le endulce lo que queda de fin de semana.

martes, 15 de septiembre de 2009

España da un primer paso

Me alegra enterarme de que el Ministerio de Vivienda de España, liderado por Beatriz Corredor, ha decidido, a petición del diputado Gapar Llamazares, excluir a la Universidad israelí de Ariel, situada en territorios palestinos ocupados, de un concurso de arquitectura sostenible que se celebrará en Madrid el año que viene. Resulta harto irónico el atrevimiento de esta Universidad, enclavada sobre el acuífero más grande de Cisjordania, de solicitar su participación en este concurso -¿cómo podría ser sostenible algo construido sobre un suelo que no es tuyo?-.

La Ministra ha invocado el derecho internacional y comunitario para certificar que su participación no es posible. Este primer paso, más simbólico que otra cosa, debería ser sólo el primero de toda una serie de medidas en la misma dirección, como la prohibición de participar en competiciones deportivas europeas a todos aquellos jugadores de la selección israelí que provengan de asentamientos, o el impedimento de la entrada a Europa -bajo pena de cárcel- del racista Avigdor Lieberman, ministro de Exteriores de Israel, que vive en el asentamiento de Nokdim, en el desierto de Judea.

Querido lector, sirva este pequeño ejemplo de hoy para darse cuenta de cómo somos los ciudadanos europeos, quienes tenemos en nuestras manos acabar con el sufrimiento del pueblo palestino y la ocupación israelí. Pero que lo hagan otros, usted no se preocupe, siga pensando que uno sólo nada puede hacer, y disfrute del café.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Israel, promotor de colonos

Uno de los argumentos más usados por el lobby israelí en Occidente para liberarse de la culpa de la ocupación de Palestina, consiste en decir que la colonización la llevan a cabo individuos particulares, -los colonos- y que el Estado israelí no es quién para decir a sus ciudadanos dónde tienen que vivir. Esto es absolutamente FALSO.
No sólo reconoce Israel todos los asentamientos de Al-Quds y Cisjordania, y les otorga a los colonos plenos derechos políticos, sino que fomenta activamente el establecimiento de colonos. Como se puede ver en la foto, que tomé el pasado mes de Julio en las cercanías de la ciudad palestina de Baitlaham -Belén-, el Estado Israelí es quien pavimenta las colinas palestinas, les dota de accesos por carretera, alza una torre de vigilancia donde se emplean soldados del ejército israelí, proporciona acceso al agua corriente que roban a los palestinos y pone farolas por todo el asentamiento para que los futuros habitantes se animen a asentarse en los enclaves estratégicos que interese ocupar.

Sólo entonces, cuando esa inhóspita colina semidesértica queda transformada en lo que llamaríamos "suelo urbanizable", optan los colonos establecerse en un territorio.

Con la excepción de los ultraortodoxos de Khalil -Hebrón- y de algunos otros lugares cercanos a edificios bíblicos, que van a vivir a Palestina por razones religioso-políticas, los colonos suelen ser gente de clase media-baja que emigra a los asentamientos movida por las condiciones económicas extremadamente favorables que el Estado de Israel crea para los habitantes de los asentamientos. No tienen que preocuparse por las facturas de la luz ni del agua, ni siquiera por su seguridad. Su único gasto es pagarse la construcción de la casa donde vivirán, -y no siempre-. Saben que están siendo instrumentalizados por el Estado de Israel como carne de conquista, pero su visión ciertamente materialista de la vida, les hace indiferentes ante la barbarie.

Querido lector, espero que esta realidad le invite a reflexionar. No sobre la injusticia en la que vive el pueblo palestino, quien cada día pierde una parte de su territorio a manos de Israel y sus colonos, sino a darse cuenta de que un colono vive mejor que usted, y demandar al Gobierno español que pavimente las colinas portuguesas para que pueda establecer allí su segunda o tercera vivienda, y disfrutar en el jardín de un delicioso y azucarado café.

viernes, 11 de septiembre de 2009

La ocupación del agua en Cisjordania


En el territorio conocido como Cisjordania, ("West Bank" en inglés) al este de Israel y de soberanía palestina, viven 450.000 colonos. Se estima que unos 200.000 habitan en la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) y otros 250.000 en diferentes asentamientos ilegales cercanos a ciudades palestinas importantes como Baitlaham (Belén) y Khalil (Hebrón) o en lugares estratégicos como Ariel, el mayor acuífero de todo Cisjordania.

Y es que es acceso al agua en una región se tan pocas lluvias, está limitado a dos fuentes principales: los ríos y las aguas subterráneas de los acuíferos. Invocando los títulos de propiedad, basándose en un libro de ciencia ficción escrito hace muchos años, -la Biblia-, Israel se ha hecho con el dominio efectivo de la margen occidental del único gran río de la zona, el Jordán, que queda en territorio de soberanía palestina. Por lo que se refiere a las aguas subterráneas, en el acuífero más grande de Cisjordania, Ariel, se establecieron ilegalmente los colonos judíos en 1978, y desde entonces la ciudad se ha convertido en un enclave estratégico que sirve para dejar sin agua a la población palestina.

En temas donde la objetividad es difícil de lograr, es mejor dejar hablar a los números. Un colono israelí en Cisjordania consume un promedio de 620 metros cúbicos de agua al año, frente a los menos de 100 metros cúbicos que le tocan a cada palestino. Es decir, que cada israelí que vive ilegalmente en territorio ocupado goza de entre 6 y 7 veces más cantidad de agua que aquellos a quienes está despojando de su hogar.

No es casual que al cruzar Cisjordania por carretera, se vean constantemente grifos cercados por alambradas y a veces custodiados por soldados israelís, para evitar que los palestinos desesperados no puedan calmar su sed. Hasta en Ramallah, hay muchas viviendas que sólo tienen agua 2 horas al día, y los cortes de agua son constantes y dependientes de la voluntad de los gobernantes de Israel. Sólo cuando llueve, los depósitos de agua de lluvia que forman parte indispensable de los tejados de las casas palestinas, permiten cierta seguridad en el consumo de agua.

Resulta indignante ver cómo en los lujosos ressorts israelís del Mar Muerto, construidos en zona palestina ocupada, se derrocha agua con liberalidad, mientras que a menos de 10 kilómetros, las aldeas palestinas no tienen acceso al agua corriente y las cosechas no pueden ser regadas.

Esta ocupación del agua es una de las distintas políticas llevadas a cabo por el gobierno israelí para asediar a los más de 2 millones de palestinos de Cisjordania, hacer su vida diaria un poco más difícil, y lograr así que emigren, que mueran de sed y hambre, que sus cosechas no salgan adelante, y que el sueño del gran Israel deje de serlo, para convertirse en realidad.

Querido y bondadoso lector, encienda el grifo de su cocina, deje correr largo rato el agua hasta
que esté fría, bébase un vaso de agua para hacer frente con eficacia a los envites de su conciencia, y una vez vencidos todos los malos pensamientos, disfrute de su café.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Julio Iglesias, vergüenza de España (II)

Sin premeditación alguna, el post de hace unos días, dedicado a Calatrava, resulta ser sólo la primera entrega de la serie "vergënza de España", en la que se irán narrando las peripecias de otros nacionales de nuestro país que apoyan al Estado ocupante de Israel.

El cantante afincado en Miami Julio Iglesias, confesó ayer, durante un concierto en Tel Aviv, que es judío -su madre es judía-, aunque sólo de cintura para arriba, ya que no está circuncidado. No sería esto nada vergonzante, de no ser por las palabras sobre el conflicto palestino que dirigió a los israelís que fueron a escucharle: "entiendo vuestros sentimientos y vuestra lucha", dijo Julio, para alborozo del público.

Mientras personalidades de todo tipo respalden los asentamientos ilegales, los checkpoints en territorio palestino, el campo de concentración de Gaza, los asesinatos semanales de palestinos, y el encarcelamiento sin juicio alguno de aquellos que se enfrentan a la política de ocupación, los israelís no tendrán incentivos para detener sus constantes violaciones del derecho internacional.

Es preciso expulsar a Israel de las competiciones europeas, que nuestros artistas no actúen allí, que nuestras selecciones no jueguen allí, y que se rompan relaciones diplomáticas hasta que no se cumplan las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que ordenan que Israel se repliegue hasta las fronteras de 1967.

Querido lector, encienda el aparato de música, olvídese de que este mes de septiembre morirán al menos otra decena de palestinos, déjese llevar por la voz de Julio Iglesias, y disfrute del café.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Lo que la bandera esconde

Tras los inocentes tonos azules y blancos de la bandera de Israel, se esconden sus verdaderas intenciones: teocracia y colonialismo.

Las dos franjas horizontales de color azul que aparecen arriba y abajo de la estrella de David, representan al río Nilo y al río Éufrates, ninguno de los cuales está dentro de las fronteras que por Resolución de las Naciones Unidas se establecen para Israel. Sin embargo, esto nos permite percibir hasta dónde llegarán las ansias imperialistas de Israel, y sirve para darse cuenta de porqué Israel es un Estado totalmente militarizado. En cuanto hagan desaparecer de una vez por todas al Estado Palestino, y tengan control sobre el río Jordán, reconocido por la comunidad internacional (actualmente lo controlan sin que la ONU lo reconozca como parte de Israel), seguro que Israel encuentra la excusa perfecta para atacar Egipto, y así poco a poco ir haciéndose con el control del territorio, hasta llegar al río Nilo, para lo cual es imprescindible tomar el Cairo. Permítanme, 20 ó 30 años antes de que esto suceda, advertirles de lo sangriento que será el asedio de una ciudad de más de 20 millones de habitantes. Es posble que para un caso como el egipcio, Israel opte por el terrorismo nuclear, hasta ahora sólo empleado por USA. Por el otro lado, avanzarán por Jordania hacia Iraq, quizás con la ayuda de USA.

Y en el centro de la bandera, la religión judía, representada mediante la estrella de David. Lo cierto es que la conquista del territorio entre el Éufrates y el Nilo, tiene profundas motivaciones religiosas. Importantes lugares bíblicos, como el monte Sinaí, no pueden quedar fuera de Israel, según el parecer de los ultraortodoxos. Israel no sólo es imperialista, sino también teocrático. Buena muestra de la influencia política del judaísmo, es el hecho de que no se pueden abrir las tiendas ni hay transporte público durante el sabath, que todos los que profesen la religión judía tienen derecho automático a adquirir la nacionalidad israelí vivan donde vivan, y que el sistema educativo está hecho a medida de los ultraortodoxos más radicales.

Así pues, mientras la comunidad internacional y la ciudadanía mundial sigan tolerando la ocupación israelí, se irán tomando todos y cada uno de los lugares de relevancia bíblica. Primero fue Al Quds -Jerusaelem-, ahora mismo están siendo ocupados Khalil -Hebrón- y Beitlaham -Belén- y dentro de poco Israel podría ocupar Egipto. Querido lector, no se levante del sofá para evitar que se derrame más sangre, pues el café le podría saber amargo.